Sin compromiso no existe lo Agile

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Parece que la mayoría de empresas españolas empiezan a tener claro que los marcos de trabajo ágiles dan respuestas más adaptativas a las demandas del mercado actual. Atendiendo a los últimos resultados del Business Agility Corporation (BAC) casi un 70% de las grandes corporaciones españolas utiliza Agile de forma habitual.

Por: Francesc Porta

Concretamente la demanda de perfiles como el scrum master, product owner o/y agile coach ha incrementado un 57% según LinkedIn, y ya se encuentran entre las 15 profesiones emergentes para 2020. Otros informes, como el del mercado laboral 2018 InfojobsESADE 2019 nos muestra como este tipo de puestos han experimentado, en los últimos años, un fuerte aumento en la demanda:

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*Informe mercado laboral 2018 InfoJobs- ESADE 2019  

«Hay suficientes evidencias para pensar que la agilidad ha llegado a las empresas para quedarse»

Con estos datos ya nadie duda que la agilidad ya forma parte del día a día de muchas empresas. Por tanto, crear un entorno en las organizaciones que facilite este tipo de marcos de trabajo empieza a convertirse en una necesidad más que un capricho o una moda. La mayoría de expertos en la materia nos hablan de tres pilares básicos:

  • La transparencia. Visibilidad de los stakeholders.
  • Inspección. Revisar el progreso y aprender.
  • Adaptación. Ajustar el proceso a lo aprendido.

En base a estos pilares la dificultad radica en organizar a los equipos para que trabajen de una manera colaborativa y con el foco a corto, con la intención de aportar y entregar valor constantemente, adaptándose a las necesidades del cliente. Y lógicamente es importante la comunicación, la confianza, las interacciones… Así como otras variables y comportamientos que deben reflejar dichos pilares. Pero cuando empiezas a trabajar en diferentes proyectos transversales ágiles te das cuenta que hay un componente primordial, que poco se habla, y que no es otro que el compromiso.

Nos puede parecer que lo Agile es muy cooly poco exigente, dónde las personas fluyen como si estuvieran jugando, pero nada más lejos de la realidad. Aunque la diversión no esté reñida con la demanda, los acuerdos de trabajo dentro de un equipo que practica la agilidad son fundamentales y muy exigentes. Y para que éstos se respeten, el compromiso se convierte en la pieza indiscutible para que la metodología nos proporcione los resultados esperados. ¿Y compromiso a qué o quién?

A las cuatro C’s de la agilidad: Compromiso con el cliente, compromiso con el equipo, compromiso con los timings y compromiso con la mejora.

Formula de la agilidad
  • Compromiso con el cliente

No es lo mismo tener el foco en el cliente que estar comprometido con él. Yo puedo trabajar por y para el cliente, pero no tener claro que el compromiso requiere empatía y autenticidad. Conocer bien a nuestro cliente objetiva y emocionalmente se ha convertido en una necesidad en tiempos de cambio. Crear espacios de comunicación bidireccionales de una manera sistemática nos permite proporcionar el feedback necesario para compartir objetivos.

«Cuando nuestras decisiones clave pivotan sobre nuestro cliente existe compromiso»

Y no pensemos sólo en el cliente externo, la agilidad no entiende de externo o interno. Seguro que nos vienen a la cabeza unas cuantas empresas que funcionarían mejor, y en consecuencia ganarían más dinero, si sus diferentes departamentos asignaran corresponsabilidades y espacios de comunicación eficientes con el resto.

  • Compromiso con el equipo

Uno de los errores más comunes en los equipos es presuponer que ya existe compromiso entre los miembros. Y hay que hacer cosas para que las personas de un equipo se sientan comprometidas. Bien sabe el scrum master que la dinamización de los equipos es clave. Conocer al equipo, el expertise de cada uno, que cada miembro sepa qué va a hacer, cómo, para cuando, para qué y con que cuenta para aportar valor y responsabilidad. En definitiva, alinear los factores individuales con los grupales.

«Cuando los miembros de un equipo tienen la sensación que con sus acciones individuales mejoran la colectividad, el rendimiento es exponencial.»

No nos servirá de nada trabajar en metodologías ágiles como Scrum sino le damos sentido al development team y dedicamos tiempo a la dinamización del mismo. La cultura de la colaboración debe estar en el ADN de la organización. Y como bien dice Virginia Cabrera en su artículo “¿Competitividad o colaboración?” de recomendada lectura, llamamos colaborar a demasiadas cosas.

  • Compromiso con los timings

Relacionado con el compromiso de equipo, una de las claves para que la agilidad nos proporcione lo que esperamos es el compromiso de acabar las tareas como equipo autogestionado en el sprint o unidad de tiempo definido. Es el aspecto más exigente y dónde se ve reflejada la colaboración que hemos comentado. No nos podemos permitir pasar tareas de esta semana a la siguiente, porque nos hemos comprometido como equipo con nuestro cliente. El compromiso como equipo es acabar un número de tareas en una unidad de tiempo determinada para dar valor a nuestro cliente y así se hace. Sin autogestión, colaboración, ni compromiso con esos “tiempos” es difícil pensar en lo Agile. Nos pasará como con las tareas de nuestra agenda… que se van posponiendo eternamente.

  • Compromiso con la mejora

Así mismo, para entrar en un proceso de mejora continua debemos ser humildes, autocríticos y persistentes. Eso que se dice tan alegremente no es tan fácil de llevar a cabo. Somos premiados por el resultado y eso determina nuestra conducta, por eso ya he visto fracasar ya algún proyecto Agile por el ego, por el miedo al error o por la incapacidad de aportar mejoras en cada sprint. Se requiere de madurez grupal para estar centrado en el plan- acción- chequeo- mejora constante, es un proceso de ensayo y error, y precisa de mucho esfuerzo y persistencia.  

«La autogestión grupal es directamente proporcional a su madurez, y sin madurez no se manifiesta la agilidad.»

Las cuatro C’s de la agilidad nos llevan a la conclusión de que debemos preparar a las personas para un cambio de mindset necesario e imprescindible al introducir la agilidad en la cultura de la organización. Este es el gran reto de las organizaciones, ya que como hemos visto la agilidad se ha transformado en un marco de trabajo más allá del software y área de producción. Se ha convertido en el marco de trabajo, que a través siempre del compromiso, nos dará las ansiadas respuestas a los constantes cambios que vivimos.

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